Tres décadas de neoliberalismo han traído a nuestro país regresiones importantes en el funcionamiento de la sociedad mexicana. Principios esenciales de nuestra convivencia, como la autodeterminación, fueron socavados por efecto de compromisos que se adquirieron con los países poderosos, en particular los Estados Unidos de Norteamérica. En materia educativa, se abandonó el carácter público de nuestras instituciones y nuestras prácticas, y hoy están también en juego el laicismo y la gratuidad.
Pero los mexicanos y las mexicanas hemos resistido el persistente embate de los neoliberales que hoy en día hegemonizan el aparato político y las estructuras económicas. No hemos permitido que nos arranquen algunas conquistas históricas, como Petróleos Mexicanos y las universidades con vocación popular. La UACM es resultado de ese esfuerzo.
Los Derechos Humanos se cuentan entre los damnificados de la globalización imperial. El mundo entero sabe cómo han retrocedido a partir de la “guerra contra el terrorismo” que emprendió George Bush y que sigue desplegando la administración de Obama. En México, el pretexto es la “guerra contra el narcotráfico” que Calderón despliega en un desesperado y vano intento de legitimación. En ambos casos, la fuerza ha desplazado a la razón y al respeto a los derechos de la colectividad. Sin hechos como éstos, sería imposible que los militares hondureños se atrevieran a dar el golpe de estado al presidente Manuel Zelaya.
En el Programa en Derechos Humanos de la UACM desarrollamos un proyecto educativo que pone en el centro la dignidad de la persona. Como Paulo Freire, creemos que sólo en comunidad nos educamos unos a otros y unos con otros.
Comenzamos en marzo del 2004 a impartir un Diplomado que se transformó en el Seminario Permanente. Nos complace poder decir que, hasta hoy, no hemos suspendido esta actividad de extensión académica, mismo que ha servido como propedéutico para el ingreso a la Maestría.
En el capítulo de actividades extracurriculares, hacemos un recuento de los Diplomados, los Seminarios y las Jornadas que hemos organizado, los cuales para nuestra fortuna han contado con la colaboración de otras instituciones académicas, de organismos gubernamentales y de organizaciones no gubernamentales de Derechos Humanos, de asociaciones religiosas y de instancias internacionales.
De la práctica del Seminario Permanente surgió la Maestría en Defensa y Promoción de los Derechos Humanos. Como todos los de la UACM, es un Posgrado gratuito y buscamos que los alumnos sean becados para que estén en condiciones apropiadas para culminar sus estudios.
Ese Posgrado se estructuró en torno a tres áreas del conocimiento: a) la Histórico-Filosófica, que se ocupa de los fundamentos últimos de los Derechos Humanos y su desarrollo en el tiempo; b) La Jurídica, que estudia las normas y las instituciones oficiales y de la sociedad civil sobre tema; y c) la económico-política para que se conozca el entorno en el cual se trata de hacer efectivos los Derechos Humanos.
Después vino nuestra participación en el diseño de la Licenciatura en Derecho, que se imparte en el programa de Educación Superior en Centros de Readaptación Social (PESCER). Formar abogados en la UACM tiene sentido en la medida en que pretendemos dotarlos de una orientación hacia los Derechos Humanos.
La culminación de está línea de trabajo es el Doctorado en Derechos Humanos, que se pretende sea por investigación. Se propone un curriculum flexible, pues el contenido de los seminarios que lo conforman estará determinado por los temas de Tesis de los doctorantes. El proyecto se encuentra en fase de aprobación por el Consejo Universitario.
Como puede verse, en la parte dedicada a las actividades Curriculares, se incluyen los planteamientos académicos básicos de la Licenciatura, la Maestría y el proyecto de Doctorado.
Nuestro propósito es educar con libertad para la libertad. Aspiramos a formar seres humanos plenos, capaces de comulgar con sus semejantes. No compartimos la escala de valores basada en el egoísmo; creemos en la colaboración y en la comunión.
Sabemos que el trabajo es la fuente de generación de todos los bienes, incluidos los saberes. Por eso trabajamos con honestidad.
Nuestra planta académica es interdisciplinaria, pues contamos con abogados, psicólogas, politólogos, filósofos, sociólogos e historiadoras.
Este Programa es muestra de nuestra modesta labor. Lo dedicamos a la comunidad de la UACM.