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Presentación
El libro “¿Qué es esa cosa llamada filosofía?”1 presenta características de las distintas ramas de la filosofía, identifica algunos períodos y aspectos sociales de dicha disciplina; examina la filosofía en relación con el alma, el ánimo, la conciencia y el temperamento como artilugios que llevan al ser humano a la búsqueda de la verdad, la belleza, la justicia, el bien, el conocimiento, el ser, así como la realidad. De igual manera, muestra una filosofía académica con debates y tensiones vivas, relaciona la filosofía con su historia, así como con la sociedad en la que está presente. El libro invita a los estudiantes del curso “Introducción a la filosofía” a pensar la disciplina sin velos, sin ambigüedades, sin una lista interminable de nombres de filósofos, escuelas, sistemas, movimientos, corrientes filosóficas y tendencias, que lejos de esclarecerla, la vuelven objeto de culto a ciertos nombres o bien la llevan a una oscuridad en temas sin desarrollo y quizá la convierten en una masa conceptual confusa.
Para quienes busquen adentrarse en la historia de la filosofía, así como en los sistemas filosóficos, existe una vasta literatura; aquí sólo se nombran pocos filósofos, así como algunas filosofías. Con esto se pretende brindar claridad de la filosofía como disciplina encargada de examinar, analizar, explicar, interpretar, comprender conceptos. Interesa, por tanto, señalar temáticas y problemas filosóficos de actualidad. El libro no es ni una sistemática, ni una histórica de la filosofía;2 más bien es una sugerencia de temas; es, al mismo tiempo, una provocación para quienes desean introducirse en la filosofía, con ello empezar su propio sistema e historia...
Introducción.
La necesidad de una ciudad diversa y con participación social Martha A. Olivares Díaz
El objetivo de este manual es promover la defensa de los derechos humanos en el contexto urbano, al mismo tiempo acercar a la población que habita este territorio múltiple, las colonias, los pueblos, los barrios, entre otros, a conocer sus derechos y promover procesos de participación hacia la construcción de sociedades más democráticas e incluyentes. En primera instancia, este manual, pretende abrir un panorama general sobre los retos hacia la construcción de una ciudad incluyente, sustentable, pluriétnica, plurilingüe y pluridiversa como la Ciudad de México, reconociendo los complejos y contradictorios caminos en su construcción material, simbólica, histórica y política.
Partimos de una postura crítica sobre la urbanización neoliberal que se apropia del espacio físico y simbólico para convertirlo en mercancía y negocio, fracturando la vida barrial, de pueblo o colonia, desde el desplazamiento o despojo material, hasta la imposición de un modelo de vida que poco tiene que ver con la perpetuación o fortalecimiento de los lazos sociales comunitarios y culturales, y más con el sentido individualista, de propiedad privada y consumo. Recordemos que la ciudad capitalista, como centro de producción industrial y consumo, es soporte de la reproducción de un sistema social económico que pretende cercar los procesos de reproducción espacial, temporal y social, en donde su planeación y materialización están diseñados fundamentalmente para la acumulación y la auto expansión (reproducción económica, distribución e intercambio de mercancías y consumo), en donde si además sumamos las formas actuales de reestructuración espacial del capitalismo, observamos tambiénla nueva división internacional del trabajo y de los mercados, apuntalados en el uso de las nuevas tecnologías y disipativos estratégicos que conectan espacios urbanos locales a la red global.
Prólogo
Este es un prólogo escrito por quienes acompañamos a Estefani Palafox Ramírez en su trabajo de investigación con el que se tituló de licenciatura en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (uacm), en febrero del 2022. La conocimos cuando llegó al cubículo con una propuesta de trabajo llena de inquietudes ante un problema sin duda complejo. Quería indagar sobre lo que había sucedido con los jóvenes de Ayotzinapa, los 43 desaparecidos, pero también los jóvenes asesinados aquel día, varios de ellos ni siquiera miembros de la Normal Isidro Burgos, como los adolescentes del equipo de futbol «Los avispones». Sin embargo, desde el inicio, la mirada de la autora fue mucho más allá en su problematización; había muchas más preocupaciones que incluían a quienes eran víctimas indirectas de la brutal violencia ejercida, los familiares, padres, madres, hermanas y hermanos de aquellos jóvenes, sus amigos, su pueblo, la sociedad en general, los niños y jóvenes de México. ¿Qué sentirían y pensarían los niños al saber de esos brutales sucesos de los que se hablaba en todas partes? ¿Y los jóvenes, así como ella, viéndose reflejados en ese espejo de la violencia directa, siempre víctimas de los diversos actores armados en esta sociedad e incluso percibidos como potencial amenaza de los que hay que desconfiar? Desde el inicio la autora tuvo una mirada compleja que buscaba reconstruir el campo social de condiciones para comprender y encontrar el sentido ante el caos de la violencia exhibida. ¿Cómo había sido posible? ¿Por qué Ayotzinapa? ¿Quiénes eran los actores directos e indirectos de este evento? ¿Cómo afectaba a los cercanos y a los espectadores distantes? Comenzó así un recuento de los distintos actores institucionales estatales, políticos y de seguridad, armados y no armados.
Introducción
El concepto de cultura establecido por E. B. Tylor en el siglo xix, contribuyó a que la Antropología se afirmara como una nueva disciplina profesional (Palerm, 2004). Desde entonces y con la colaboración posterior de sucesivas generaciones de antropólogos, la cultura se fue concibiendo como un nuevo campo de investigación científica, tan auténtico como el de los fenómenos de la materia y la energía o de los seres vivos. En paralelo se introdujeron formas explicativas nomotéticas en esta disciplina.
A la idea de cultura se venía recurriendo desde enfoques ideográficos para aludir al factor histórico, institucional, ideológico o tradicional en la comprensión de las acciones humanas.
Ambrosio Velasco en su clásico libro, Tradiciones Naturalistas y Hermenéuticas en la Filosofía de las Ciencias Sociales (2000), alude a las tradiciones naturalistas para referirse a las explicaciones nomotéticas y hermenéuticas para referirse a las ideográficas. A grandes rasgos presenta en la parte dedicada a las tradiciones naturalistas, lo que se conoce como filosofía estándar de la ciencia, basada en el esquema nomológico deductivo de Hempel. Se trata de un patrón explicativo que generalmente es adoptado por ciencias naturales como la física clásica que involucra leyes deterministas. Pero, establecer leyes deterministas ha sido también el objetivo perseguido por una tendencia teórica de la Antropología: el neoevolucionismo. Esta escuela originalmente apostó a un «determinismo cultural» en el sentido de que, todo lo que decide el ser humano está prescrito por leyes de carácter científico de la cultura. En este trabajo nos interesa mostrar distintas facetas de esta postura, para luego analizar el impacto que sufrieron sus intereses deterministas, cuando sus autores más contemporáneos recurrieron a la termodinámica no lineal para adoptar un enfoque que concibe a la cultura y al cambio cultural como procesos energéticos con alto grado de indeterminismo.
Seguiremos en este trabajo el camino trazado por Prigogine (1996. p. 209) en la Física, que lo llevó a construir una «vía estrecha» entre «un mundo regido por leyes que no otorgan lugar alguno a la novedad» y «un mundo absurdo, acausal, donde nada puede ser previsto en términos generales».
Una de las formas más claras donde el ser humano ha cristalizado su pensamiento y razón, al igual que su imaginación, es en la narrativa. Hablar del acto humano de narrar es, en sí mismo, sondear el conocimiento que miles de personas, desde la antigüedad más remota hasta el presente más inmediato, han elaborado a lo largo de la historia de la humanidad a partir de la narrativa. De ahí la aceptación de que la narración, primero oral, luego escrita, después audiovisual y ahora con nuevas tecnologías, al tener como base el lenguaje, representa un sistema simbólico que ha permitido materializar los ámbitos racionales, espirituales, culturales, literarios, de todas las civilizaciones. No es asunto menor explorar el tema de la narración, pues implica examinar el desarrollo de la humanidad por medio del lenguaje, de la palabra recursiva y articuladora de ideas. ¿Recursiva? Sí, porque gracias a la capacidad del lenguaje escrito de repetirse indefinidamente a partir de la lectura, los seres humanos tenemos la facultad de reflexionar sobre lo que pensamos, decimos y hacemos. La naturaleza del ser humano se caracteriza por poder comunicarse con el lenguaje para expresar emociones, necesidades, inquietudes, así como para poder describir el mundo y explicarlo desde concepciones cosmológicas, metafísicas, antropológicas, históricas, científicas, estéticas... Rafael Echeverría, filósofo chileno, menciona que el ser humano se constituye dentro de fenómenos lingüístico–sociales porque:...
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca del Estudiante de la uacm. Su objetivo principal es servir como libro de texto para la materia de Filosofía de la mente. Su contenido servirá también como libro de referencia para materias como Epistemología clásica y no clásica de la ciencia, así como para Teoría del conocimiento. Todas ellas de la carrera de Filosofía e Historia de las Ideas. No obstante, puede servir también como texto de referencia para estudiantes de otras carreras que estén interesados en conocer las líneas generales del trabajo actual en filosofía de la mente. El público interesado en la filosofía actual ha de encontrar aquí un texto accesible y autocontenido que presenta en un lenguaje no muy técnico algunos de los debates contemporáneos tanto en filosofía como en el campo de la neurociencia cognitiva.
Este texto surge con la inquietud de elaborar un documento que, a partir de la experiencia y la práctica docente, despierte el interés entre los estudiantes de la LCPyAU para iniciar, desarrollar y concluir un trabajo de investigación y con ello la tan anhelada obtención de su título profesional.
La investigación científica, dice Sampieri Hernández es sistemática, controlada, empírica, y crítica, de proposiciones hipotéticas sobre relaciones entre fenómenos naturales. Implica que hay una disciplina constante para hacer investigación científica y que no se dejan los hechos a la casualidad. La investigación empírica significa que se basa en fenómenos observables de la realidad.
La compilación del presente material permitirá analizar el fenómeno religioso, el cual ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad. Se ha manifestado por medio de un rico pluralismo de creencias, ritos, relatos, cánones, jerarquías, doctrinas, artes, instituciones y cosmovisiones que ligan, religan y constituyen no sólo a comunidades locales sino a sociedades mundiales.
La lectura de estas lecciones sobre el pensamiento de Gramsci me impresiona por diversos motivos. El primero es el profundo conocimiento de los Cuadernos estudiados por segunda vez en la edición crítica de 1975. Quiero decir la edición Garretana que también en Italia, cuando Javier dio su curso en Puebla, pocos estudiosos habían profundizado con tanta inteligencia y rigor. El segundo motivo es el conocimiento profundo de la cultura italiana y europea, incluido el marxismo en todas sus corrientes, sin el cual Javier no habría podido comprender a Gramsci tan bien como lo hizo. El tercer motivo es su interpretación de la historia de México, pensada a la luz del pensamiento marxista y sobre todo de Gramsci. Un cuarto motivo es la originalidad de la lectura de Javier, en particular el planteamiento.
de la relación Gramsci-Hegel y la interpretación del último Hegel como teórico de la revolución pasiva (la Europa en la edad de la restauración). Pero quisiera detenerme sobre todo en otros dos aspectos de este curso: el año 1986 y el hecho de tratar la filosofía de la praxis.